Adonde vas, Pedro,
no puede estar muy oscuro
pues la luz de tu verso
te espera y llega contigo,
a la vez.

Se nos nubló el cielo este domingo
trayendo lluvia de músicos
y de hiedra e higueras.

Se nos ha roto el vaso
en mitad de este patio vacío.
Se apagó la llama de la vela enérgica
de tu voz y tu boca tan quedas…

Hay pedazos de tus libros
rechinándome poemas, hoy que te vas.
No doy abasto con las manos
a achicarte de adentro,
del mismo fondo del corazón.

Buen viaje, lúcido maestro.
Sé que la vida no te fue leve
pero cada letra tuya cuenta.
Cada sílaba, una sentencia.
Cada palabra de tu pluma
es un homenaje.

En el lugar adonde vas, querido Pedro,
no se cierran las puertas.
Déjate escapar, a fogonazos,
por la rendija entreabierta.
Sal sigiloso y grítanos tus estrofas…
…siembra fuerte tu recuerdo eterno.

25 de abril de 2021.